Ya lo dice el tango de Carlos Gardel, «que veinte años no es nada, que febril la mirada,…», pero informáticamente hablando, es una eternidad.
Por ponernos en antecedentes, uno de los primeros ordenadores personales de la historia, fue el Xerox Alto, desarrollado en el año 1973. Su tamaño era parecido al de un pequeño frigorífico.
Como características, tenía 128 Kb de memoria principal y tenía incorporado un disco duro que utilizaba un cartucho removible de 2,5 Mb. Fue uno de los primeros ordenadores en utilizar un ratón.
No demasiado tiempo después, en el año 1975, IBM lanzó su primer microcomputador de escritorio, el IBM 5100. Era un sistema completo que tenía incorporado un monitor, un teclado y un almacenamiento de datos en una sola carcasa, pero era demasiado caro, sobre 20.000$ lo que lo hacía un ordenador para profesionales o científicos, pero no para usuarios o aficionados.
En aquel año, 1975, Altair lanzó el Altair 8800, y en el año 1977, aparecieron en el mercado Apple, Tandy y Commodore, todos ellos pretendían ser computadoras fáciles de usar y fueron complementados por el WordStar en 1978 (procesador de textos), y el Visicalc en 1979 (hoja de cálculo), herramienta que cambió la forma de pensar en un ordenador, convirtiéndolo en una verdadera herramienta de trabajo para los negocios.
Esto es lo que posiblemente motivó a IBM a entrar en el mercado del PC, pero no fue hasta 1981, cuando lanzó el IBM Personal Computer, conocido comúnmente como IBM PC. Aquel modelo lanzado en la División de IBM en Boca Ratón, Florida, fue el 5150. El éxito de este PC fue rotundo y cambió el concepto de un ordenador personal para siempre. La configuración básica tenía una memoria Ram de 16k y 2 floppys para la carga y grabación de datos; pero no soportaba un disco duro.
Parece mentira que tan sólo 30 años después de eso, seamos capaces de almacenar 64 gb de memoria (miles y miles de veces más) en un dispositivo más pequeño que un dedo de la mano.
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